lunes, 20 de mayo de 2013

Capítulo 71: Es fácil ignorar lo correcto, y difícil seguir asimilando la realidad.

Los comentarios están abiertos:_


                Nottingham y sus conciertos llegaron antes de lo que hubiese deseado. El tiempo parecía correr en mi contra, taladrándome la cabeza con el mismo problema, de la misma persona: Danny. Pero a cambio, notaba como Dylan se aproximaba más y más. No tenía más que Micaela como oídos en los que desahogarme y ciertas miradas aterciopeladas de Tom que lograban tranquilizarme.
                El cansancio de cada concierto parecía traer consigo las ganas de fiestas. Danny y Dougie eran los primeros en desaparecer del hotel en busca de la música más atrayente. Por inercia, los demás les seguíamos. Pufs ambientados, con apenas espacio por el gentío pero sobre todo, con mucho ambiente eran los lugares más frecuentes. No podría decir que me desagradase, pero entre el calvario y mi tenue superstición de que aquello no traería consigo algo muy bueno, terminó por caer la última gota que vertería el vaso.

-

                Un espacio aún existía en la sala decorada abstractamente, mientras, junto a Micaela y Lara, nos apresuramos a correr hacía los sillones aterciopelados de cuero. Era pronto. Algunos borrachos ya caían por el suelo, y chicas tímidas que se escondía en las esquinas oscuras carecían de alcohol en su cuerpo aún. Pero no tardaría aquello en cambiar.
                -Estaré esta noche con James –Me dijo Micaela, mirándome vacilante -. Y creo que Lara estará el mayor tiempo con Dougie. ¿Qué harás tú?
                Las miré intentando encontrar doble sentido a la frase. Estaban avisándome de que correría el riesgo de quedarme en una esquina sola y lóbrega, bien a ellas, con sus parejas, felices y yendo a bailar. Suspiré, sonriendo casi forzadamente mientras me encogía de hombros.
                -Supongo que estaré con Matt o Dylan.
                -¿Por qué no te acercas un poco más a Danny? –Fruncí el ceño -. Está esperando que actúes.
                -Porque termina por los suelos cuando me he dado cuenta –Carcajeé. No era por eso; era por inseguridad. Tal vez de arriesgar o perder, o no saber lo que realmente quiero -. En estos momentos, no.
                -¿Y por qué no te anticipas antes de que empiece a tragar? –La voz pícara y aguda de Dougie me sobresaltó en mi oído. Nos guiñó un ojo mientras se sentaba a mi lado, rodeándome del cuello con ímpetu -. Pero tienes que hacerlo deprisa. Danny se emborracha en un abrir y cerrar de ojos.
                Le miré impasible. No sabía lo que sabía sobre el tema, pero de pronto noté mi privacidad descubierta. Miré a Lara, quien se cogió de hombros de forma natural sin saber cómo lo sabía.
                -¿Qué sabes sobre esto?
                -¿De verdad crees que no íbamos a notar algo así en Danny? –Rió -. Danny siempre se ha fijado en todas las chicas. Cuando cambia y se fija en una sola, en este caso, tú, nos avispamos enseguida.
                -Oh.
                Busqué al guitarrista por la pista. La gente comenzaba a tambalear de por alrededor, sin rumbo, en busca de bebida. No sabía que hacer. Podía notar como las prisas comenzaban a acecharme, como vía conductora mis amigos, y a cambio, yo decidía quedarme quieta. Algo demasiado imponente, pero seguro.
                -Está allá –Dijo de pronto Harry al lado de Dougie -. ¿Buscáis a Danny, no? –Mi mirada nerviosa me acusó -. Está junto a los baños. Pero creo que va lo suficiente inconsciente como para que no sea buen momento de hablarle.
                -¿Por qué? –Pregunté lanzando mi mirada hacía allá.
                -Harry, joder, cállate –La voz de Tom, fue la última en aparecer por detrás.
                Allí, con el miedo de las palabras del dueño del hoyuelo, estaba él, apoyado con un brazo sobre la pared. Delante suya, apoyada en ella, una rubia de cabello corto se oteaba con cierta dificultad. Desvié la mirada lentamente de allí, posándola en Micaela quién no tardó en correspondérmela.   
                Me sentía humillada.
                -¿No tienen dónde ir? –Dije antes de que notara mi voz quebrarse.
                Todas sus miradas parecieron atravesarme visualmente. Sonreí, mientras notaba como mi labio comenzaba a temblar. Aquella presión, no me ayudaba.
                -Voy a pedir algo a la barra con Harry, Lara –Dijo Dougie a su novia. No me hizo faltar ver su mirada para entender lo que quería decir eso.
                El batería y bajista no tardaron en irse. Noté la caricia de Tom en mi hombro, sosiega y tranquilizadora, y respetando mi petición, se alejó junto a su novia. La mirada de Lara y Mic me atravesaron, calladas, creando un silencio inescrutable que amenazaba con ser destruido por mi llanto.
                -Estoy bien.
                -Y detrás de eso, hay dolor –Suspiró Lara, levantándose y sentándose a mi lado -. Me quedo hoy aquí contigo.
                Noté como mi cara ardía. No, aquella atención y conmiseración no.
                -No quiero que os quedéis. Marcharos, en serio –Una mirada de negación me contradijo -. ¡Hablo enserio! Me da igual lo que haya visto. No es nada nuevo, no es algo que no me esperase… en el fondo le conocemos.
                -No eres de piedra, Kay. Yo misma, que debería de importarme una mierda el tema, noto como si me hubiesen hecho esto a mi –Me dijo Micaela, estirándome su mano para entrelazarla con la mía -. Y este calvario ya está durando lo suficiente.
                -¿Sabes qué debes de hacer? –Preguntó Lara, titubeante a mi lado.
                No era una incitación. Era una pregunta, con respuesta, pero motivos de contradicción. No quería asumir la realidad, a pesar  de querer alejarme de ella.
                -Ojalá no lo supiera –Dije tajante, mientras mis ojos otearon improvistamente los verdes de Dylan sobre otro sofá. Su ceño se frunció nada más me encontró.

0 comentarios:

Publicar un comentario