lunes, 24 de septiembre de 2012

Capítulo 10:


Mis pies comenzaron a verse débiles a cada zancada. Los nervios y miedo por ser pillada se apoderaban de mi cuerpo aumentando las posibilidades de tropezar, paralizarme o caer. El aire gélido golpeaba mi rostro con fuerza, ocultando mis ojos y visualización en mi cabello. Oía los pasos y jadeos de ambos castaños detrás mía, cada vez más cerca.
        Diferencié la figura rubia de Carrie salir de detrás de un árbol. Seguí corriendo como pude; las piernas me pesaban y mis pulmones pedían grandes bocanadas de aire, pero solo un poco más. La hermana Fletcher se acercaba como un jugador de rugby a punto de atacar. Frené un poco mi paso cuando apenas dos metros nos separaban, y tomándome la molestia de ver de quienes se trataba los pasos que estaba a punto de atraparme, me giré. Harry, empapado y con las gotas de agua caer de su cuerpo como rastro, estaba más cerca de lo que creía. El corazón me dio un brinco del susto, pero justo cuando estaba apunto de empujarme hacía la orilla situada a demasiada cercanía para mi estabilidad, Carrie arremetió contra él. Agarró su brazo derecha, y automáticamente, aferré el izquierdo. Sacando fuerzas de la euforia, un solo empujón bastó para echar el cuerpo corpulento de Harry Judd al agua, chapoteándonos.
        -¡Sí! –Vitoreó Carrie extendiendo los brazos hacía el cielo, que empezaba a iluminar de forma espléndidamente bella el lugar -. ¡Judd y Fletcher en el agua!
        Rompí a carcajadas cuando la cabecita de Harry apareció del agua, de espaldas. Volteé la cabeza en busca de las otras risas, y un poco apartadas de nosotras, Georgia y Giovanna aferraban a Dougie con fuerza, quien intentaba escaparse. Su cabello de flequillo rubio le tapaba gran parte de su rostro, pero su voz aguda y su risa eran inconfundibles. A pesar de la broma, parecía estar disfrutando.
        -¡Chicas! –Oí gritar detrás mía. Rápidamente, Carrie y yo nos giramos, para descubrir a Micaela estirar y dar vueltas como podía al único varón que no había sido atrapado. Danny se resistía, con parte de su flequillo corto tapándole aquellos ojos azules alegres.
        La rubia le tenía aferrado con fuerza. Cogía su brazos con ambas manos, mientras su cara y una vena marcada en la frente marcaba la cantidad de fuerza que hacía para no soltarle. Me quedé en el sitio, sin pararme a pesar en que tal vez necesitaba ayuda para echarle al agua. Carrie, por el contrario, aferró del torso a Danny para intentar arrastrarlo hacía el agua.
        -¡Kay, ayuda! –Me gritaron al unísono.
Como si fuera una orden obligatoria de cumplir, zarandeé levemente la cabeza. Caminé con cautela hasta la posición de los tres, pues el cuerpo del pecoso giraba, intentando huir pero cada vez más cerca del agua y casi se me hacía posible aferrarlo…
        Hasta que un traspié por la cantidad de vueltas le hicieron perder el equilibrio. Intentando impedir la caída, Micaela, sin pesar en su acción y con un último esfuerzo, empujó vehementemente su cuerpo, directo hacía el agua como modo de caída… pero conmigo interponiéndome en el camino. Mis brazos se alzaron intentando impedir el cuerpo tambaleante de Danny, pero peor para mi suerte, noté como sus manos me agarraron por ambos brazos intentando buscar soporte. Mi cuerpo no soporto su fuerza, y mutuamente nuestros cuerpos se estrellaron con fuerza sobre el agua.
        Noté como mi camisa se me apegó al cuerpo. Mi cabello se enredó con mi cara, y lo único que logré ver a través de mi pelo fue la verdosa agua y la profundidad del rio. Cientos de burbujitas corrían hacía la superficie en zigzag, intentado salir al agua, como seguidamente yo las imitaría.
        El agua se cortó a mitad cadera mía. Camisa, cabello y pantalones triplicaron su peso, haciendo que mis piernas fallaran y casi resbalaran con las algas del suelo. Respirando grandes bocanadas de aire y oyendo solamente las risas que venían de mis amigas, me aparté con las uñas el sucio pelo mojado para observar a una figura, diez centímetros más alta que yo, toser mientras salía a la superficie.
        Noté como la rabia que tanto odiaba de mí despertaba. Tenía que controlarme, más que nada porque sabía que aquel muchacho llamado Danny me había tirado al agua sin querer… pero allí estaba, completamente sucia y mojada. Si hubiera estado en el lugar de Danny, tal vez yo no le hubiera soltado hasta ahogarlo, de modo que, resentida, me mordí el labio y evité por un segundos sus ojos cuando me miraron.
        -Ayudadme –Les pedí secamente a Georgia y Micaela.
Mic, la única que se molestó en extenderme una mano para sacarme a tierra firme, no se cortó al decir algunos comentarios bromistas sobre mis pintas. Me limité a sonreír a regañadientes mientras oía las pisadas en el agua, detrás mía, intentado salir. Respiré profundamente y me alejé poco a poco del río, zarandeando los brazos para quitarme los restos de algas.
        -Por favor, dime que hay duchas aquí –Rogué apoyándome sobre un árbol mientras desenredaba las algas de mis piernas -. Jamás había visto agua del río tan sucia. ¡Y con este olor!
        -Sí hay duchas, pero estarán a casi un kilómetro de distancia –Me contestó la rubia, sofocando las últimas carcajadas -. Kay, lo siento, de verdad que solamente quería tirar al agua a Danny y…
        -No pasa nada –La tranquilicé sonriendo. Alcé la mirada hacía las dos figuras que salían del agua, un poco más lejos de nuestra posición; Tom y Dougie se apresuraba para secarse -. ¿Vamos? –Le pedí, más que nada como un ruego cuando vi como la rubia se acercaba con su novio.
        -¡Kay, vaya! –Dio un gritito gracioso, parando nuestra huída -. Uf, ¿y ese olor?
        -Me encanta lo limpia que esta el agua –Dije con ironía, dirigiendo mi mirada hacía el río de nuevo -. Vamos a ver a Dougie y Tom, ¿os venís?
        La sonrisa de Georgia lo confirmo. Le sonreí de nuevo, mientras volvía a reemprender la marcha con Micaela. Una parte de mí, principalmente la rabiosa que poco a poco iba calmándose, rezaba porque aquel Danny Jones no le hablara. No quería enrabiarme y menos en aquel estado. Pero dentro de mí, otro lado pedía un perdón suyo por empujarme.
        Mi mirada se mantenía perdida enfrente, viendo como las tres chicas y los dos chicos discutían en broma. Pero a cambio, mi mente estaba con sus cosas, alejada del bullicio madrugador. Por el rabillo del ojo, pude diferenciar la cabellera rubia y sedosa que se situaba al lado de Micaela. Georgia comenzó a hablar con Mic, mientras yo me quedaba apartada y sin hablar.
        -Kay –Oí de repente detrás mía.
        Intenté parecer sorprenderme, como si realmente me diera igual. Pero mentir era uno de mis peores defectos, y con un movimiento vehemente de la cabeza, volteé mi cara hacía él. Danny frunció el ceño cuando le observé, con el ceño fruncido y esperando su hablar. Su cabello estaba echado hacía atrás, mojado completamente pero una sonrisa pícara que siempre poseía se asomaba por sus labios. Mi enojo pareció disminuir cuando, antes de hablar, soltó una carcajada.
        -Siento haberte empujado –Dijo colocándose a mi lado -. Ha sido sin querer. De repente, estaba persiguiéndote sin pensar nada y de repente, Micaela y Georgia me sorprenden empujándome al agua. Lo único que pensaba era no mojarme, y mira –Extendió sus brazos señalando su cuerpo -, al final tu y yo hemos acabado mojados.
        -Me parece que ya estabas algo mojadito de los globos de agua –Dije con gracia. Los grandes ojos azules del pecoso se levantaron para verme, graciosos, pero simplemente me limité a sonreír mientras me encogía de hombros -. No me molesta que me hayas mojado. Lo peor es la distancia de aquí a las duchas y este olor a… río sucio.
        Mi risa ahogada se vio seguida por la suya. El enfado me había desaparecido por arte de magia, y de repente, mi opinión sobre el pecoso mejoró de un segundo a otro.
        -Además, el lado positivo de estar mojada es tu imagen –Dijo inconcientemente, arqueando una ceja.
        Callé mientras fruncía el ceño. ¿Había entendido bien? Mi respuesta se vio contestada cuando, de repente, Danny pareció caer en sus palabras y dio un pequeño respringo en el sitio. Sus ojos se observaron un segundo, y luego buscaron a Georgia, comprobando que no había oído. Sin poder evitarlo, rompí a carcajadas de su comentario.
        -Lo siento, esto…
        -¡Conseguido! –Le interrumpió una fogosa voz, gritando. Giovanna se acercaba corriendo hacia nosotros, y las palabras de Danny se vieron obligadas a cortarse -. ¡Nuestro plan ha salido a …! –Sus ojos me encontraron, y con una mirada confusa, me miró de arriba abajo. Luego, una mueca con la nariz me confirmó una vez más mi mal humor -. ¿Qué te ha pasado Kay?
        Miré a Danny con una sonrisa como modo de culpa. Este con aspecto sereno, sonrió pícaramente cuando mis ojos encontraron los suyos.


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Gracias a los que todavía me leen! Últimamente estoy escribiendo muy poco, voy como perdiendo práctica, además de que estoy con más tarea que en los´ultimo meses y me tienen entretenida. ¡Pero no quiero tardar en actualizar! Muchas gracias xX
@evamcgirls

martes, 18 de septiembre de 2012

Capítulo 9:


Me escabullí en silencio hacía dentro de la tienda mientras era seguida por Giovanna. Oí el último Buenas noches de Tom, y dejando entrar a Micaela, cerramos con cuidado nuestra tienda de campaña. Las chicharras del exterior y el fragor del viento cortar las hojas de los árboles nos ponían la piel de gallina. Una pequeña linterna proveniente de Gio se encendió y nuestras caras se iluminaron pálidamente.
        -¿Harry e Izzy son pareja? –Preguntó Micaela, leyendo mis antiguos pensamientos -. Hoy se veían un poco… distanciados.
        Asentí silenciosamente. Durante la cena de embutido un poco reseco, el castaño y su novia se habían mantenido alejados. Casi no me había fijado en este detalle, hasta que, en momento de serenidad de Izzy, anunció que era la primera en irse a su tienda.
       
                                                                              Flashback

        Apenas terminé de acabarme mi longaniza chamuscada por fuera y mal cocinada por dentro, noté como la figura sentada a mi izquierda se levantaba. Mantuve la mirada en Izzy, quien había captado la atención de todo a pesar de ni siquiera intentarlo.
        -Me voy a dormir ya –Dijo serenamente, intentando sonreír pero en vano.
        -¿Quieres que te acompañe? –Resonó entre el crepitar de la hoguera la voz de Harry. Todos volteamos la mirada hacía él, quien se había flexionado apunto de levantarse.
        -No necesito que nadie –Dijo con énfasis – me acompañe –Le dedicó una mirada fría al castaño, quien se volvió sereno y se mantuvo quieto, hasta que se fue -. Buenas noches.
        El silenció reinó, las risas se acabaron y ni siquiera el más bromista de la noche, Dougie, se atrevió a romper el silencio ni cambiar la fúnebre cara de Harry.

                                                                              Fin Flashback

        -Mañana Tom tiene pensado ir a pescar todos juntos –Nos anunció su novia, quitándose el pintauñas de las uñas -. Lo digo porque deberíais tener cuidado con los otros tres. Si os acercáis mucho al agua, puede que acabéis en ella.
        -¿Entonces debo tener por mi todo el tiempo que esté en este camping? –Gio asintió ahogando una carcajada -. Comprendo. Pues con vuestro permiso, será mejor que reponga energías.
        Con un nuevo asentimiento de cabezas y el cansancio cayendo sobre los hombros, las tres aceptamos rendirnos a Morfeo y nos escabullimos en nuestro pequeño espacio para dormir. Decidí agudizar un oído en sueños por si el fanático de bichos y lagartijas, Dougie, se acercaba. Mi seguridad no estaba a salvo teniéndolo a menos de diez metros de distancia.

Los suaves zarandeos me despertaron del sueño aún todavía de que mis ojos no lograran visualizar bien el entorno. Ya unos finos rayos del alba se colaban por los espacios de aire que iluminaban la tienda, y una cabellera rubia y lisa, arrodillada a mi labio y con cabellos de leona, intentaba despertarme de un profundo sueño. Micaela parecía espabilada.
        -Kay, despierta –Me pidió dejando de zarandearme una vez me senté. Me froté los ojos con delicadeza mientras bostezaba. No deberían ser más de las nueve de la mañana, como máximo -. Giovanna ha ido a avisar a las otras chicas de nuestro plan.
        -¿Plan? –Dije con una voz ronca -. ¿Qué plan?
        -Vamos a ser nosotras quienes tiren a los chicos al agua –Dijo dando unas palmaditas alegres y nerviosas -. Corre, prepárate y date prisa.  No creo que tarden mucho en despertarse, ¡Tom es madrugador!
        Intenté preguntar más sobre el tema, pero antes de darme tiempo, la figura encorvada de Micaela abandonó la tienda. Aguanté una risita al recordar sus cabellos, suponiendo que al no poseer ningún espejo no habría caído en su aspecto. Me alisé como pude el cabello, intenté limpiarme de la más cavernícola forma la cara y preparada para enfrentarme a una “misión” que visto desde la lógica daba como resultado nuestra derrota, me apresuré para buscar a las demás chicas.
        Los resaltantes cabellos rubios de Micaela y Georgia se mantenían apartados de las demás chicas, las cuales habían corrido cerca de la orilla para escabullirse de cualquier forma. Me acerqué a hurtadillas hacía ella, intentando no hacer ruido, ya que nuestra posición no estaba muy lejos de las dos tiendas masculinas.
        -Por fin –Suspiró mi amiga sonriéndome -. ¿Estás preparada, Kay? –Asentí, no muy convencida -. Carrie, Izzy y Giovanna se han acercado al río para prepararse para cuando se acerquen los chicos. Tendrán que ser rápidas y empujarles hasta tirarles –Asentí, intentado aceptar la idea de que la fuerza de estas chicas pudiese compararse, simplemente, con la de Harry o Tom, los más musculosos.
        -¿Y nosotras tenemos que sacarles de las tiendas? –Pensé. Ambas rubias asintieron, sonriendo pícaramente -. ¿Cómo?
        -Ya que a la fuerza sería en vano, pues tienen un sueño demasiado profundo –Anunció sonriendo Georgia. Su sonrisa era recta, limpia y perfecta, y adornó su rostro con sutileza belleza -. Hemos recurrido a esto. Suponemos que no son inmunes al agua, ¿no?
        Cogió del suelo una bolsa blanca que descansaba a sus pies, y mostrándome su contenido, descubrí pequeños globos cargados de agua. Me depositó unos cuantos en mis brazos, tantos como pude sujetar, y así, nos preparamos para el bombardeo. Caminé de puntillas hasta una de las tiendas, seguida de Micaela mientras Georgia se situaba cerca de la otra. Nuestras miradas se encontraron, pero antes de dar el aviso de ataque, dijo:
        -Por favor, Mic, ven aquí conmigo. No creo que pueda yo sola –Dijo, dejándome sola mientras mi amiga obedecía en silencio.
        -¿Y yo? –Dije aterrorizada, mirando a la tienda. No sabía quien estaba en esta, pero de repente el miedo se apoderó y mi instinto pidió retirada.
        -Siempre has sido rápida al correr, Kay –Me sonrió Micaela, guiñándome un ojo -. Así que una vez tires todos los globos, corre.
        Intenté rechistar, pero los largos dedos de Georgia empezaron la cuenta atrás. Mis piernas temblaron, pero intenté cargarme de valor mientras me preparaba para abrir con toda la facilidad y estabilidad que podía la cremallera de la tienda, y bombardear. Tres, dos, uno y…
        Me apresuré a actuar antes que las rubias. Abrí hacía arriba la cremallera, peligrando varios globos en mis brazos, y abrí de golpe la pequeña puerta de tela. No me paré a mirar quién había dentro. Poniéndome rápidamente de cuclillas, deposité los globos en mi regazo y con ambas manos, agarré todos los que pude y empecé a lanzarlos rápidamente hacía la tienda. Oía el agua estallar contra ambos cuerpos que dieron un brinco, sin defenderse, y los gritos sorprendidos ahogados por ambas tiendas.
        Y antes de que me diera cuenta, los globos se terminaron. Preparé mis piernas para correr, pero tomándome un segundo como tiempo, esperé para ver quienes eran mis “enemigos”.
        Ambas caras, empapadas y con el cabello goteando de las puntas, se levantaron con los ojos entrecerrados. Tal vez estuvieran preparados, pero por sus caras se veía que el agua les había hecho despejarse completamente del sueño… Harry y Danny me observaban, y casi sin darme cuenta, sus cuerpos se incorporaron en la tienda.
                Eché a correr con dos segundos de ventaja de Georgia y Micaela, y no tardé en oír los rápidos pasos de mis dos víctimas. El miedo y la adrenalina se apoderaron de mi cuerpo y deseé más que nunca que mis piernas no fallaran y llegara al río lo antes posible, que desde aquel punto de vista, pareció visualizarse más lejos que nunca.     

lunes, 10 de septiembre de 2012

Capítulo 8:


                                                                     POV DANNY

Arrastré a Tom a la fuerza, lejos de el pequeño campamento ya montado. Evité mirar a Georgia, quién había insistido en que la acompañara a pescar. Pero aquel nudo en el estómago me impedía actuar con prudencia. Una vez me aseguré de que estábamos fuera del alcance de los demás, esperé a que Tom se respaldara sobre el tronco de un pino mientras suspiraba. Su mirada café me hacía sospechar sin evitarlo.
-¿Quiénes son esas? –Pregunté sonriendo, intentando parecer tranquilo.
-Ya las has oído: Micaela y Kay.
-¿Y de qué las conocéis?
-James nos invitó al bar donde trabajan. Tenía cierto interés por presentárnoslas. Son bastante amables.
-Oh –Dije mientras me cruzaba de brazos y apoyaba todo mi peso sobre una pierna -. Me extrañaba no conocerlas. Me ha extrañado que la castaña no se enfadara por.. tirarla al agua.
 -Kay –Me informó Tom -. Sí, es bastante dócil, al parecer. Un carácter peculiar para una mujer.
Asentí, sin comentarios. Mis ojos se desviaron un momento hacía un niño de alrededor siete años, que correteaba por las hojas marrones caídas de los árboles. Cuando mi mirada volvió a observar a Tom, su hoyuelo se descubrió y una sonrisa pícara intentó pasar desapercibida.
-¿Qué ocurre?
-Oh, nada. –Dijo mientras se apartaba del árbol -. ¿Volvemos?
-No –Le detuve del brazo, frunciendo el ceño y sonriendo sin evitarlo -. Tom, habla.
-¿Para que me has traído aquí?                -Preguntó sin dejar de embozar la sonrisa.
-Simplemente para saber quienes eran esas chicas.
-Mentira –Dijo arqueando las cejas -. Kay es de España. Tiene veinte años, y estará aquí hasta Invierno. Dice que volverá para Navidades a su país.
Fruncí el ceño. El nudo que había en mi estómago se apretó más. Intenté contestar deprisa, pero simplemente un sonido intendible se escapó de mi garganta. Respiré hondo mientras volvía a recordar a la curiosa chica de cabello castaño. Había algo en ella que me removía el estómago, tal vez nada bueno, o quién sabía.
-Qué quieres decir.
-En realidad me has traído aquí por el tema de ella y su amiga, ¿no? –Me encogí de hombros. Cansado, Tom suspiro, y en un momento de descuido mío intentó volver a marcharse -. Déjalo Danny, esto en realidad es una tontería.
No insistí. Una parte de mí se obligó a creer que realmente era una tontería lo que quisiera que pasaba en su cabeza. De modo qué, asintiendo sin creérmelo del todo, dejé libertad a mi amigo mientras, en silencio, volvíamos hacía el pequeño campamento.
Mis ojos no evitaron desviarse hacía la ondulada melena, de espaldas a mí que charlaba animadamente con Harry. De nuevo, una curiosidad sobre sus tema de conversación, o su carácter, vida o lo que sea se despertó, e insconcientemente mis pies se detuvieron, dejando que Tom siguiera su reciente conversación sola, mientras andaba sin darse cuenta de mi ausencia.

                                                                              POV KAY

-..Y luego está Pudd. La alegría y amor de McFly –Nos comentó Harry mientras ataba una cuerda al suelo.
        -¿Pudd? –Preguntó Mic.
        -Poynter y Judd. Dougie y yo –Nos avisó serio. A las fans les entusiasmamos cuando vamos en plan “pareja”. Es ya uno de nuestros hobbies favoritos.
        Sin evitarlo, me eché a reír. Aquel nuevo conocido que me había traído hasta allí había resultado ser increíblemente amable, además de gracioso. La dulce Giovanna se había encargado de explicarme la historia del grupo de su novio, formado por aquellos cuatro chicos.
        -¿Y Tom y Danny? –Me atreví a preguntar -. ¿No tienen nada destacable para las fans?
        -Me he fijado que las fans adoran su hoyuelo, y su dulzura en la forma de ser –Informó Giovanna con una radiante sonrisa, que sin duda me confirmaron sus sentimientos hacía el rubio -. Después también saben el amor de Tom por sus gatos, y Disney…
        -¿Y Danny? –Dijo Mic.
        -Danny tiene a sus pezones –Dijo sin pensárselo Harry. -. Después tiene sus movimientos sexys en el escenario, y sus pecas. Él las odia, pero a las fans les vuelven locas.
        -Las adulas más de lo que deberían –Pronunció una grave voz encima de mí. De forma inmediata, alcé la cabeza y el cuerpo de aquel nuevo conocido que me había hecho caer al agua se extendió enfrente mía -. ¿Ya están las tiendas?
        Su posición estaba a mi lado. Esperé, e incluso deseé que se sentara a mi lado, pero sus pies caminaron y se situaron entre Harry y Giovanna. Micaela y yo intercambiamos una mirada llena de preguntas sin responder.
        -Hay cuatro tiendas. Nosotros nos dividiremos en dos por tienda, y en las otras dos, en alguna tendrán que apretarse un poco y caber tres.
        -Nosotras mismas –Dijo Giovanna, señalándonos -. Si no os importa, claro.
        -En absoluto –Dije con una sonrisa. Noté como mis mejillas ardieron, sin entender por qué. Y como mi mirada hubiera captado la suya, subí los ojos hasta Danny, que me miraba sereno. Apartó rápidamente la mirada de mí -. Me parece que incluso estáis haciendo demasiado por nosotras.. ¡no nos conocéis la mitad!
        -Ahora ya todo el mundo os conoce, incluso Danny, que fue el que tuvo más retraso –Pronunció Harry.
        -Mientras no nos hagáis nada ofensivo podréis dormir tranquilas con que vuestra tienda no arda –Carcajeé, impresionada, mientras por otra parte Micaela explotó en risas -. De quién tenéis que tener cuidado de verdad es de Dougie. Puede que encontréis alguna lagartija cuando os despertéis.
        -No bromea –Nos advirtió Gio, seria -. El año pasado Frankie se despertó con una rondando su pecho. La pobre casi muere del susto.
        Fue el único momento en que me acordé de la morena. Al parecer, no había venido, y yo misma excusé su ausencia en mi mente con que, una chica tan repelente como lo parecía ser ella, no quisiera venir a un sitio como aquel, lleno de insectos.  Imaginándome la escena que nos había dicho Gio, no pude evitar unirme a las carcajadas de Micaela.
        -¿Y tú no le tienes fobia a nada? –Preguntó la ronca voz de Danny.
Cabizbaja, esperé a que contestara a quien le había preguntado. Pero simplemente reinaba silencio. Noté un suave codazo por parte de mi amiga, y de forma estúpida, levanté la cabeza para ver las miradas que esperaban mi respuesta. Danny sonrió por mis despiste.
        -Cucarachas –Declaré entrecortadamente, ruborizada.
            -Arañas –Añadió por su parte Micaela, sufriendo un escalofrío al recordarlas -. De modo que ni se te ocurra meter ninguna cucaracha ni araña en la tienda, Danny. Y Dougie tampoco.
                Instantáneamente, ambos castaños y Giovanna se echaron a reír. Por inercia, me obligué a carcajear suavemente, llena de preocupación. Sabia que no iba a dormir tranquila.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Capítulo 7:


        Finalmente, el coche se detuvo donde yo más quería. Varios rayos de sol atravesaban las nubes, golpeándome en el rostro mientras me atrevía a salir del coche. Carrie me siguió, y no tardamos en reunirnos con Micaela. Las tres contemplamos maravilladas toda la naturaleza que nos rodeaba; era extraño verlo en plena ciudad.
        Un paisaje lleno de árboles también de vida humana haciendo picnic nos rodeaba. Ambos coches habían aparcado cerca de de un gran río no muy lejos de nosotras, donde hierva verde nos rodeaba. Habían parque a lo lejos, donde alcanzaba la vista. Alcé la mirada hacía el cielo, con una sonrisa embozada en los labios, mientras respiraba aquel aire natural y dejaba que mis ojos se perdieran por el follaje de las copas de los árboles que me tapaban aquellas nubes blancas.
        -Dios Carrie, este sitio es precioso –Murmuré mirando fijamente al río. Una familia pescaba alegremente.
        -Fue idea de Giovanna venir aquí –Añadió Carrie, girándose hacía Izzy y Harry -. ¿Podemos ayudar con algo?
        -Oh, no. Nosotros ya nos ocupamos de todo –Nos dijo Harry con una sonrisa. Sus ojos se desviaron hacía su novia, pero la castaña rodó los ojos y le dio la espalda -. ¿He dicho algo malo?
        Me encogí de hombros mientras veía como Izzy se alejaba. Al parecer, estaba enfadada con él, pero no era quién para preguntar por qué. Me volví hacía Harry, quien dio un suspiro mientras nos volvía a mirar.
        -Creo que me voy a ayudar a los chicos.
Todas asentimos con la cabeza, y de repente, silencio.
        -¿Nos acercamos al río? –Sugirió Micaela con tono tentador. Carrie y yo intercambiamos una mirada, y encogiéndonos de hombros, asentimos -. Por cierto Carrie, ¿por qué venimos a esta hora? Estará apunto de anochecer.
        -¿No os lo ha dicho Dougie? –Nos preguntó mientras comenzamos ha andar hasta la orilla -. Vamos a hacer como un “camping”.
        -¿Camping? –Me sobresalté -. Pero… ¿con tiendas de campaña y todo? –Ella asintió -. ¿Y mi pijama? ¿Y no debería de pagar algo? –Me giré. Mis ojos se situaron en Dougie, que en aquel momento comenzaba a caminar detrás nuestra, cargado de bolsas de carne -. Hay comida, y…
        -Y lo más importante no es eso, Kay –Me interrumpió Mic, alzando los brazos -. ¿Pretendes, Carrie Hope Fletcher, que hagamos nuestras necesidades en un agujero en el suelo?
        -No, por Dios –Rió la rubia de rizos -. Hay servicios.
        -Prefiero no saber la higiene de estos –Murmuró Mica.  Llegamos a la orilla, y sentándose en las piedras puso sus manos bajo el agua -. ¿Y el tema de la carne, como dice Kay?
        -Os hemos invitado, no hace falta que paguéis nada, chicas.
        -Pero apenas nos conocen la mitad –Dije, posando mi pie sobre un tronco muerto que conectaba la superficie con el agua -. Y vosotros apenas nos conocéis de una semana.
        -¿Y? –Dijo con una sonrisa -. ¿A caso no somos amigos?
La miré, sin contestar, pero su sonrisa amable y encantadora como siempre me hicieron entrar en razón. Era verdad mi teoría de que apenas nos conocían, pero dentro de mi información, Carrie, Tom, Dougie y Giovanna eran unas de las personas más amigables que había conocido en mi vida.
        -Con permiso… -Oí a mi espalda. Volteé la cabeza solamente lo suficiente para observar por el rabillo del ojo como Tom dejaba caer una mesa plegable casi a mi lado -. ¿Os parece bien este sitio? Georgia dice que quiere estar cerca del agua.
        -Perfecto –Dijo Carrie, asintiendo y volviendo a sonreír -. ¡Doug, cuidado con la carne! –Gritó, acompañando a la reprimenda con una risa -. No queremos comer un  puré de cerdo.
        Carcajeé al oír el quejido de Doug. Volví mi mirada hacía el río, donde la espuma circulaba río abajo mientras arrastraba alguna que otra alga, hoja o simplemente ramas. De vez en cuando, algún pececillo se escondía detrás de una roca borrosa.
        -Comeremos carne, sea puré o no, pero como Danny no miré bien tendremos que beber del propio río. ¡Danny, aquí! –Gritó.
        Con curiosidad, volteé mi cuerpo para descubrir a aquel llamado Danny. Pero justamente cuando mi mirada trató de buscar, un obstáculo de bebidas puestas y sujetas en torre chocaron contra mi. El golpe fue suave, pues aquel desconocido logró parar a tiempo, pero mis pies dieron un traspié, y tropezando con aquel dichoso tronco, mi trasero chapoteó sobre el agua.
        Abrí los ojos tan rápido como pude, una vez las gotas mojaron suavemente mis párpados. Alcé la cabeza, sin detenerme a comprobar la exclamación de Carrie, el grito de Giovanna y las risas de Micaela y Dougie. Mis ojos volvieron a encontrarse con aquella pila de refrescos y cervezas, que tambalearon varios pasos hacía atrás. El rostro de aquel muchacho aún estaba indescubierto.
        -¡Danny, cuidado! –Oí gritar a Tom. Su cara de niño bueno apareció por detrás de aquel desconocido, pero tan pronto cuando me vieron, observé su pésima resistencia contra la risa –Lo siento, Kay…
        Zarandeé la cabeza, irónicamente enfadada y acepté la mano del rubio del hoyuelo para levantarme. Mis ojos se mantuvieron firmes en la alta figura aún sin rostro, cuando me dieron la espalda para dejar la torre de bebidas en la mesa, mientras farfullaba algo sin sentido para mí. Su espalda me mostró un corto cabello castaño pero lleno de pequeños rizos cortados.
        -Oh, mierda, lo siento –Susurró mientras dejaba caer la bebida en la mesa-. Creía que iba en buena dirección.
        Y finalmente aquel individuo se giró. Una piel blanca, llena de pecas a la luz del sol se dibujó en su piel. El cabello castaño caía en un pequeño flequillo extrañamente “liso”, y como elemento que más me llamó la atención de su rostro, unos ojos azules claros me miraron arrepentidos. Incluso, tras aquel resentimiento por mi caída y mis pantalones mojados, su figura y presencia llegó a intimidarme y parecerme aliciente.
        -No pasa nada. Esto en unos minutos se seca, supongo –Dije apartando los ojos de él. Miré a mi cuerpo y extendí los brazos, haciendo referencia a mis vaqueros.
        Silencio exceptuando a las risas de Dougie y Micaela.
        Miré a mi alrededor, frunciendo el ceño. Me sentía algo humillada por aquel silencio: Tom me miraba, con una expresión alegre pero el ceño fruncido. Giovanna arqueaba las cejas, observándome con una sonrisa en los labios. Carrie se había acercado a mi para comprobar mi estado, pero finalmente se había alejado hacía la mesa, donde una bolsa, al parecer llena de utensilios para la higiene. Seguramente buscaba una toalla. Harry e Izzy no fueron encontrados por mi mirada, y finalmente, una chica rubia y grandes ojos azules que a pesar de la distancia resaltaban, se acercaba lentamente por detrás del llamado Danny.
        Aquel desconocido de las bebidas me miraba frunciendo el ceño. ¿A caso tenía algún fallo más que la ropa húmeda y las puntas de mi cabello juntas al estar mojadas?
        -Bueno, Dan –Interrumpió el silencio Tom, interponiéndose entre nosotros -. Estas son Kay –Me señaló. Estiré mi mano para estrechársela, el cuál pareció extrañarse un poco pero me acabó saludando. Sus ojos se mantuvieron fijos en nuestras manos -, y Micaela, las amigas de James.
        -Concretamente Kay es la amiga. Yo soy más que nada la chica que decidió no quedarse sola en la barra y se acopló –Dijo con una sonrisa. Llegó hasta nosotros e imitó mi acción -. Encantada.
        -Igualmente –Pronunció con la voz quebrada -. Lo siento por haberte tirado… -Dijo sin mirarme a los ojos -. Dougie al parecer no sabe guiar bien.
        -¡Te dije todo recto! Fuiste tú el que se desvió.
Una carcajada algo entrecortada se escapó de la garganta del pecoso. Desintencionadamente y sin sentido, me sentí obligada a reír también. Y así lo hice, acompañada de Mic.
        -Y bueno, yo soy Georgia –Dijo de repente una aguda voz. La chica rubia de esbelta y llamadora figura apareció por detrás del alto “desconocido”, y con una sonrisa, me dio un beso en la mejilla, seguida de Micaela -. Soy la novia de Danny.
        -Encantada, yo soy Kay.
        -Mic –Alzó la mano la rubia -. Pero bueno, ¿puedo ayudar a montar las tiendas de campaña? –Dijo de repente, mirando por encima del hombro de la rubia. Seguí su mirada para encontrarme al desaparecido Harry y Giovanna intentando desplegar las tiendas -. Desde que era una niña no he montado ninguna.
        -Claro –Aceptó el castaño corpulento desde atrás -. ¿Kay, quieres ayudarnos? –Me preguntó.
        -Está bien –Dije encogiéndome de hombros. Con los pantalones pesándome por el peso del agua, caminé hasta su posición -. Pero yo quiero la parte fácil; no se me dan bien estas cosas.
        Todos aceptaron, y con la ayuda de la novia de Tom, Mic y Harry, comenzamos a construir como pudimos las tiendas. Mis ojos se desviaron inocentemente hacía las dos figuras que pasaron cerca de mí, fundiéndose entre la espesura de los árboles. Tom y nuevo conocido, Danny, se alejaban susurrando.

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Ok, soy yo o estos caps me están saliendo más sosos? Yo esperaba este encuentro primero entre Kay y Danny algo más djwendwje. ¡en mi mente lo era! pero no me gusta .__. pero en fin, espero que os agrade. Recordad seguir, ¡ah! y a la real Micaela muchas gracias por tus comentarios, me alegran muchos ^^
PD: Recuerdo que puede que cambie el argumento de la historia... lo hice con The Appearances Deceive, así que con esta historia (No one knows our story) puede que también.
Cya!

domingo, 2 de septiembre de 2012

Capítulo 6:


        Suspiré mientras me dejaba caer en la silla. Micaela no tardó en acompañarme, y acompañadas en un mismo suspiro, alzamos la mirada hasta el reloj. Diez minutos. Solamente diez lentos minutos para terminar la jornada de esta semana.
        Aquella semana había pasado con más velocidad que nunca. Octubre ya había acabado y Noviembre daba comienzo. James y sus mismos amigos, exceptuando a Frankie y alguna que otra vez a Carrie y Charlie, habían venido casi todos los días de aquella semana. Ambas, Mic y yo, se lo agradecimos.
        -Dougie me ha invitado a ir esta tarde con ellos –Me dijo Micaela frunciendo el ceño -. Es bastante amable, ¿sabes? Tiene el móvil repleto de fotos extrañas, cómo Lara.
        -Qué raro que James no me haya dicho nada –Dije con una carcajada. Centré mi mirada en Mike, que charlaba animadamente con un compañero -. A penas he hablado con él, pero es un poco tímido, ¿no?
        -James no iba, creo. Y Dougie pierde enseguida la vergüenza.
Asentí, sin tema de conversación. Suspiré, y me hice la idea de que iba a pasar un viernes encerrada en casa, posiblemente. Ladeé mi cabeza para mirar a través del cristal, y peor para mi melancolía, descubrí que el cielo no amenazaba con lluvia.
        -Lara tiene una exposición de sus cuadros el sábado que viene. Me he pedido que te lo diga, por si puedes venir.
        -Obviamente que iré. Siempre vamos. –Dije con una carcajada -. Además, al parecer se ha pasado mucho tiempo pintándolos, ¿no? Merecerá la pena asistir.
        Micaela asintió, de acuerdo. Suspiré, cansada y aburrida y fijé mi vista en el reloj. ¿Qué iba a hacer yo ahora? Sabía perfectamente que mi amiga había hecho más amistad con Dougie que yo, al igual que yo con el llamado Tom, el cual descubrí que resultó ser hermano de Carrie. Pero aquel rubio de ojos cafés no me había invitado.
        En aquel momento, la puerta del bar chirrió y ambas volteamos la cabeza hacía esta. Sonreí al ver la rápida figura que había entrado de repente, con su flequillo tapándole su ojo derecho. Dougie caminaba deprisa hacía nuestra posición.
        -¡Buenas tardes! –Gritó extendiendo las manos -. ¿Lista?
Micaela asintió, y levantándose del sitio, agarró su bolso de la barra y se lo colgó al hombro. Caminó hasta Dougie, sonriente, pero el rubio no se movió. Miró a su alrededor varios segundos, y de repente, fijó su mirada en mi.
        -¿No te vienes? –Me preguntó cruzándose de brazos.
        -¿A dónde? –Me extrañé.
        -¿No te lo ha dicho Tom? –Antes de negar con la cabeza, intenté recordar. Tampoco había hablado mucho con el amigo de James, pero lo poco que lo habíamos hecho era para hablar sobre mi país, España. En ningún momento me había dicho nada, ¿por qué? –Da igual. Deprisa, Kay, nos están esperando.
        Fui a contradecirle de nuevo, pero me agafó de la mano a tiempo de que cogiera mi bolso. Dougie me arrastró hasta la puerta, sin soltarme, hasta que salimos hacía afuera. No acababa de convencerme de ir. Apenas conocía a Tom, y menos aún, a Dougie. Pero allí estaban aquellos muchachos invitándome a no sé donde. Sonreí cuando me encontré con dos coches en la acera del bar.
        -Tenéis que ir en el coche de Harry. Solamente hay sitio ahí.
        -¿De quién? –Pregunté, confusa, pero el rubio me sonrió achinando sus ojos y desapareció hacía el otro coche.
        Miré a Micaela, quien se encogió de hombros y miró al coche contrario al que había ido Dougie. Era negro, más pequeño que él otro y con los cristales también tintados. Inseguras, caminamos lentamente hasta él.
        -Mic, nadie nos conoce, solamente Tom, Dougie, Giovanna y Frankie. Y me parece que Giovanna no irá en este coche –Le dije, buscando consuelo.
        -Creo que aquí no conocemos a nadie –Dijo para mi ayuda. – Mira a la chica del asiento del copiloto, está muy serena.
        Seguí su mirada y la centré en la chica que miraba hacía delante, frunciendo el ceño y sin rastro de que fuera a sonreír. Su mirada captó la mía, y me fijé en unos azules ojos centellantes. Tenía el cabello castaño, con algún que otro tono rubio y la cara alargada. Aparté la mirada de ella y seguí caminando hasta el coche.
        En el momento en que llegamos hasta el vehículo y nos detuvimos, la puerta de atrás se abrió de golpe, asustándonos a Micaela y a mí. Los rizos alocados de Carrie aparecieron asomados por la puerta, riéndose por nuestro susto.
        -¡Carrie! –Grité, aferrándome el pecho de la camisa.
Carrie había sido la chica con la que más amistad había hecho en la última semana, seguida por Giovanna y finalmente por Frankie, con quién no me había parado ni hablarle. Según me había contado la hermana Fletcher, la morena novia de Dougie era de natural más alegre, pero su relación con el rubio no estaba pasando en un buen momento.
        -Chicas, subid, venga. Están esperándoos todos.
Fruncí el ceño, mirando a mi amiga pero esta simplemente se encogió de hombros. Siendo yo la primera, me situé al medio de los tres asientos, y Micaela por detrás mía, cerró la puerta. Justo en aquel momento, el hombre que iba en el volante se volteó para saludarnos con una sonrisa.
        Una sonrisa que desintencionadamente me dejó anonadada. Tenía ojos azules un poco oscuros, pero brillantes como ningunas. Un poco de barbilla le cubría la parte baja del rostro, dándole más atractivo y un cabello castaño abstracto se dibujaba como cabello. Era realmente guapo.
        -Hola, soy Harry –Dijo sonriéndonos -. Vosotras debéis de ser Kay –Señaló a Mica -, y Micaela –Me señaló a mi.
        -Yo soy Kay –Me presenté levantando una mano – y ella Micaela.                              
        -Prefiero Mic –Añadió mi amigo con una sonrisa inocente. La diva de los hombres sonrió.
En aquel momento, la cara serena de la chica apareció por el otro asiento. Su rostro sereno y poco amable cambió por completo cuando nos miró con una amplia sonrisa.
        -Yo soy Izzy, su novia –Nos dijo saludándonos con una mano. Le devolví la sonrisa por inercia y cambié mi idea sobre ella. No parecía tan seria.
        -Encantadas –Saludó Mic asintiendo la cabeza, y tras eso, la pareja se volvió hacía en frente. Harry arrancó el motor a tiempo de que el otro coche se pusiera en marcha.
        -Danny volverá a picarse. –Comentó Harry con una carcajada. Carrie y su novia le devolvieron la risa, pero incapaces de entender. La hermana de Tom se dio cuenta de nuestro silencio.
        -Danny es un amigo nuestro. Conduce el otro coche, y siempre hace duelos de lo que sea con Harry. Pero Harry siempre querrá superarle.
        -¡Porque soy mejor!
        -Claro –Asintió Carrie dándole la razón como si no lo pensara. No pude evitar reírme -. Luego le conoceréis. Es bastante amable, os caerá bien.
        En silenció, asentí y me volví hacía enfrente. Miré a través de la ventana como los edificios de Londres pasaban rápidamente por nuestro lado.

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Bienvenido Septiembre! Siento haber tardado en subir este dichoso capítulo. Justamente estos días empezaron las fiestas y apenas tenía tiempo de escribir. Bueno, espero que os esté gustando el capítulo. Intentó no hacerlo muy largo, pero prefiero que Kay vaya conociendo poco a poco a los chicos y a sus respectivas novias.
Bueno, muchas gracias a la gente que me lee, me comenta y me sigue. Me dais ánimos para seguir! Ü