El corazón de Londres, con sus grandes edificios, fuentes
y el big ben al final del cielo empezó a otearse cuando el sol caía para dar
paso a la mañana. Despegué perezosamente mi frente del cristal, mientras dejaba
de concentrarme únicamente en la emisora de radio que emitía canciones de los
90 apenas escuchadas, de las cuales embriagaron el coche muerto de silencio.
Todos parecían demasiado cansados como para poder hablar, o siquiera tener
ganas de hacerlo.
-¿Y ahora?
–Me preguntó con un hilo de voz Micaela, mientras se estiraba en su asiento -.
¿Vamos a ver a Mike?
La mirada
oscura pero fija de Carrie se fijó en mi, esperando mi respuesta. No sabía que
contestar. Era demasiado temprano como para obligar a mi mente a pensar por la
fuerza, de modo que me encogí de hombros sin apartar la mirada de la rubia de
rizos que me sonreí tenuemente.
-Seguro que
Danny y Dougie ya habrán hecho algún plan para cuando lleguemos –Nos insinuó
Carrie arqueando las cejas -. Podréis veniros, obviamente.
Intercambié
una mirada dubitativa con Micaela, quien no dudaba que pensaba lo mismo. Eran
demasiadas invitaciones, demasiadas molestias por dos chicas a las que apenas
conocían.
-Otro día.
Creo que ahora mismo lo único que pasa por nuestra mente es dormir. Mañana
trabajamos –Dije con pesadumbre.
-Otro día
–Aceptó Carrie con una sonrisa, mientras se prometía a ella misma mis palabras.
El coche se detuvo, tal como supuse, enfrente del bar. Las
puertas de este estaban cerradas, con una tranquilidad impropia de entre
semana. Recogí mis cosas y con educación, Micaela y yo le agradecimos a Harry
su hospitalidad.
-No sé donde
vivís, de modo que he parado aquí –Nos informó vacilando -. Si queréis os puedo
acercar a casa, no es molestia.
-Oh, no
importa –Negó Mic echándome fuera del coche -. No vivimos lejos, además de que
así nos despejamos un poco más del sueño.
El batería
aceptó sin reprochas. Nos despedimos de las chicas y él con una sonrisa, y
bajamos del coche. Mis ojos se fijaron en el vehículo oscuro de delante
nuestra, el coche de Danny, del cual nadie se podía divisar. De repente, la
ventanilla trasera se bajó, y las cabecitas de Thomas y Giovanna se asomaron
para despedirse.
Y sin más
despedidas, aparté de un gritito inaudible por parte de Dougie, comenzamos a
recorrer la manzana que cotidianamente recorríamos. Por hablar de algo, Mic y
yo intercambiábamos comentarios sobre el camping, positivos y agradeciendo la
gratitud que habían mostrado todos hacía nosotras. Ambas nos sentíamos
acopladas.
-¿Te apetece
ir a ver a Lara? Tal vez así veamos que les ha ocurrido a sus cuadros –Propuse
cuando llegamos al límite, donde nos separamos.
-¿Estará
despierta?
-No lo dudo.
Le gusta madrugar. Dice que es cuando más inspiración le llega –Micaela asintió
con inercia -. Creo que vive a tres manzanas más lejos de aquí.
-Cinco
–Corrigió con una dura sonrisa mi amiga, mientras iniciaba la marcha. A ninguna
le apetecía caminar cinco manzanas, pero el dinero escaseaba para un taxi
aquella mañana de domingo.
La robusta
puerta de madera se entreabrió, titubeando mientras dejaba ver unos oscuros,
profundos y grandes ojos negros. Estos se achinaron al reconocernos, y
volviendo a cerrar la puerta en nuestras narices y unos cuantos sonidos de
cadenas y cerraduras deshacerse, dieron paso a Lara despeinada y con un pijama
más grande que ella.
-Chicas,
-Dijo casi con un suspiro mientras se lanzaba a abrazarnos -. ¿qué hacéis aquí
tan pronto?
-Venimos de
un camping y decidimos pasarnos para ver como estás –La saludé entrando a su
casa -. ¿Qué tal las pinturas?
El orden del
pequeño piso me lo confirmaron. Entre los ventanales grandes, sofás y mesa se
extendían grandes cuadros de los cuales ya había apreciado, pero estos habían
sido modificados con grandes manchas decoloradas por encima, obviamente
estropeando la pintura. Parecía que hubieran salpicado las obras de arte con un
pincel lleno de lejía.
-Me pasó el
viernes –Dijo Lara con un suspiro mientras caminaba hacía la mesa, cogiendo un
cuadro donde se podría apreciar a una mujer andando sola por un largo callejón,
iluminado apenas por una débil farola -. Aparte de que la lavadora se estropeó,
y cayó justamente cuando la ropa blanca se estaba limpiando con lejía, -Sonreí
con sigilo al adivinarlo –la puertecilla reventó y recorrió toda la casa. Los
cuadros ya estaban preparados para ser expuestos... –Dijo con una triste
sonrisa.
Sabía
perfectamente lo importante que era la exposición en la que iba a participar
Lara. Llevaba meses pintando aquellos magníficos cuadros, para nada al final,y
por mucho que sonriera sabía que había llorado por la estropeación.
Caminé hasta
ella y le acaricié el hombro, mientras acariciaba la textura del cuadro.
-Hay más
exposiciones, además de que así podrás hacerlas mejor.
-Gracias, Kay
–Me agradeció con un suspiro y una sonrisa. Se revolvió su despeinada cabellera
castaña antes de añadir: -, bueno, ¿dónde os metisteis ayer y el viernes?
-Unos amigos
nos invitaron a un camping –Dijo Micaela sentándose en el desgastado sofá,
manchado de colores de pintura -. Unos amigos que hicimos en el bar, vamos. Te
los presentaremos.
-Oh, no hace
falta –Sonrió con ternura -. Mike y yo lo supusimos, aunque me habló de un tal
James.
-Cómo no
–Dije con una risita -. Conocimos al tal James y dos amigos suyos que
resultaron tener en el pasado un grupo por el que Mike estaba enamorado –Rodé
los ojos -. Y luego nos trajeron a unos amigos de otro grupo de música que…
-McFly, ¿no?
–Asentimos -. Me ha contado la historia. Harry,
Danny, Dexter y Tom, ¿no?
-Dougie
–Le corregí con una carcajada -. ¿Sabes quienes son?
-En absoluto.
Simplemente me estuvo dando la tabarra todos los días mientras me los describía
a todos –Caminó hacía la esquina donde se encontraba la televisión, y de la
pared levantó un cuadro que no estaba salpicado por lejía -. Sus explicaciones
me sirvieron como inspiración.
Cuatro
individuos pintados de forma ensombrecida sin que se les pudiera apreciar el
rostro estaban dibujados. Pero en las cuatro siluetas, había perfectamente
plasmado un carácter y forma que no dudé en diferenciarlos. Tom, con su cabello
levantado por la gomina y la forma de su cara era el primero, seguido por una
cara un poco más redonda y unos pequeños ricitos en el cabello: Danny. Luego,
un pelo con forma un poco más de tazón y un flequillo más claro al tono de
cabellos de los demás estaba plasmado, y la altura de este individuo era un
poco inferior a las otras tres figuras. Y a su lado, con la espalda corpulenta
que poseía Harry, un poco más llena de músculos que la realidad pero la cresta
que este llevaba perfectamente diferenciada, estaba allí.
-Dios mío
Lara, los has plasmado –Me asombré con una mueca -. ¿De verdad que no sabes
como son?
-No, aún no
–Frunció el ceño -. ¿Se parecen? La cara no está dibujada, no llego a tanto,
pero más o menos por la forma en la que me los describió Mike pude hacerme una
idea.
-Tienes que
enseñarles este cuadro –Comentó Mic con una sonrisa -. ¡Está genial! Seguro que
les encantará.
-Tal vez
puedan venir a mi próxima exposición, y así saber si los he representado bien o
mal –Propuso Lara alzando las cejas. Nosotras asentimos -. ¡Genial!
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Espero que os vaya gustando :3 Agradezco mucho los comentarios, de veras, e intentaré animar en cuanto pueda el fic. Bueno, aquí ya se ve más a Lara, que irá incorporándose al fic cada vez más y más.
Mientras, sigan el fic. No lo abandonaré.