El domingo amaneció con una fría y espesa niebla rodeando varios milimetros del suelo. Giovanna, la mas responsable de todas nosotras, fue la que se encargó de despertarnos a primera hora de la mañana. Los chicos se despertaron cuando el alba comenzó a asomarse a lo lejos. Con los ojos un poco hinchados y con una pésima fuerza de voluntad, empezaron a deshacer las tiendas de campaña.
Mirė con melancolía como todos recogían sus cosas. Yo apenas tenía que recoger mi ropa, y por órdenes de Izzy, quedarme sentada esperando, pero tenía que ayudar. Me dirigí hacia Georgia con paso ligero, quien intentaba hacer caber todos los utensilios de cocina y demás en una mochila con apenas espacio libre.
-¿Puedo ayudarte? -Le pregunté, sorprendiéndola.
-Oh. No, no hace falta, gracias. Ya está todo hecho -Dijo con una sonrisa volviendo a levantarse. Su mirada me recorrió de arriba abajo, en un momento en que no pude evitar ruborizarme. Yo, a su lado, era como un dibujo pintado por un niño de cuatro años al lado de la mona lisa -. Eres camarera, ¿no?
-Si -Dije con media sonrisa. Por rumores, sabía perfectamente que Georgia tenía no se que carrera sacada pero trabajaba como modelo, de modo que intenté subir un poco más mi reputación, ya sabiendo que no la iba a igualar. -Pero tengo estudios de periodismo en España. Pero estoy de vacaciones aquí, de modo que no puedo aspirar por ahora a nada mejor.
-¿Entonces te irás? -dijo serena de pronto.
-Si, obvio. Tendré que volver a España -Dije con una carcajada -. Pero de momento, entre que no hay trabajo allí y aquí he hecho algunas cuantas amistades más y tengo un puesto de camarera mediocremente mal pagado, me quedaré un tiempo bastante largo.
-Oh, genial -Dijo sonriendo. Una de las sonrisas más perfectas que jamás había visto me hizo sorprenderme de ella -. Seguro que nos haremos más amigas.
Asentí, callada, mientras daba por terminada mi conversación. Con una ligera sonrisa, la rubia y yo nos despedimos y acudí de nuevo al reencuentro con Micaela. La modelo había resultado ser más amable de lo que hubiera supuesto, y mi idea de la Barbie orgullosa y minuciosa cambió por completo.
-Mañana es lunes -Dijo con amargura. Al momento adopté cara de repugnancia mientras cogía odio a sus palabras -. Mike volverá a estar obsesionado con James, seguro. -La frente de Mic se frunció mientras me miraba confusa -. Hablando de James, ¿cómo será que no ha venido?
-Tal vez estuviera ocupado -Dije encogiéndome de hombros -. Pero apuesto lo que sea a que esta semana le veremos.
-No lo dudo -Exclamó rodando los ojos.
Justo en aquel momento, cuatro figuras arrastrando los pies pasaron cerca de nosotras. En silencio, nos quedamos observando como los chicos terminaban de recoger la acampada.
De ellos, el más despierto y con ganas de moverse parecía ser Tom. El rubio sonreía tenuemente mientras hablaba con el pequeño Dougie, de quien dudaba escuchar. Los ojos del bajista eran apenas dos rendijas que luchaban por no cerrarse y dormirse.
Y con diferencia, nuestros ojos captaron a la figura más cansada y perezosa de todos. Danny, con la espalda encorbada y sus zapatillas desatadas caminaba a duras penas, siguiendo el paso de Harry que era el que más peso sujetaba.
Trás la pasarela de estos, la firme figura de GIovanna apareció entre la oscuridad, directamente hacía nosotras. Aquella mañana su cabello de rulos estaba bastante revuelto, y su faceta se mantenía sería, como si le preocupase algo.
-¿Habéis visto a Georgia e Izzy? -Nos preguntó un poco alterada. Mutuamente, Mic y yo fruncimos el ceño.
-Georgia estaba... -DIje, pero en el momento en que señalé hacía las mochilas, la modelo ya no se encontraba allí. La busqué por el alrededor pero no había rastro suyo -. Estaba allí, pero ya se ha ido.
-¿Qué ocurre, Gio? -preguntó curiosa Micaela pero manteniendo la madurez.
-Tenemos un problema con Frankie -Susurró fuera de oídos curiosos -. Vuelve ha hacer un cuento de los suyos, por Dios. Ahora sin motivo alguno, se ha enfadado con Dougie.
-¿Por qué?
-¡Ella sabrá! Pero últimamente está más alarmada que nunca... -Suspiró mientras volvía a caminar -. Pobre Doug, de verdad. Mejor voy a buscar a estas para contárselo.
Y dicho esto, la castaña desapareció de nuevo. Miré a mi amiga, preocupada por Dougie pero sin decir nada. No conocía lo suficiente a FRankie como para juzgarla, pero lo poco que lograba saber de ella era mas que suficiente para no confiar en ella, ni siquiera que me llegase a caer bien.
-Desde que vi a Frankie su "humor"no me inspiró mucha confianza -DIjo Mic de parte de ambas -. Me parece que el pobre Dougie tendrá que soportar mucho de ella.
-Tal vez Frankie tenga motivos para alarmarse -Dije no muy convencida de mis propias palabras -. Las relaciones nunca son fáciles.
-Nno digas algo que no creas, Kay -Sonrió altivamente mientras comenzaba a caminar hasta los coches -. Tu misma acabas de oír lo que ha dicho Giovanna. Frankie debe de dramatizar mucho y buscar problemas.. y eso es así y no nos equivocamos, no creo que les quede mucho tiempo de relación a la pareja.
No le contradije las palabras. Micaela había dicho en voz alta lo que yo realmente pensaba, y a pesar de que no me había mucha gracia las palabras de Mic sobre la relación de estos, era la verdad.
El nuevo fic
Hace 12 años
1 comentarios:
hola hola me gusta mucho hace tiempoq no tesegia pero sigues escribiendo muy bien fantas tico sigue asi eres maravillosa.
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