martes, 4 de diciembre de 2012

Capítulo 24 - Podríamos intentarlo.


Noté repentinamente como la garganta se me secaba de un segundo a otro. La poca fulgor que lograba filtrarse era la del salón, proyectando mi sombra en gran tamaño e iluminando apenas el rostro y figura de Harry. Fuera, la noche ya había empezado a caer.
        -¿Ocurre algo? –Pregunté con un suave hilo de voz como si temiera la respuesta.
        -Oh, no es nada, no te preocupes –Una sonrisa se embozó en su rostro, pero acompañado de un fruncimiento de ceño -. Siento reiterar el tema, pero es sobre lo de, bueno, anoche.
        Noté como algo me subía vertiginosamente por el pecho y mis piernas empezaban a temblar. Aparté la mirada del batería, pero a cambio, me acerqué un poco más. Callé esperando que hablara.
        -Tengo… em, no sé como decirlo –Dijo con voz aterciopelada -. Dudas, supongo.
        -¿Dudas? –Levante con impetuosidad la mirada hacía él, sin entender -. ¿De qué? Espera… -Le pedí -. ¿Has hablado con los chicos de esto?
        -Se acaban de enterar.
        -Apuesto lo que sea a que ellos te han metido las “dudas”.
        -Parece ser que les conoces más de lo que creía –Asintió con una sonrisa. Su mirada encontró la mía, y sonrientes la mantuvimos -. Está claro que hicimos las cosas precipitadas anoche, pero bueno, yo al menos no me arrepiento.
        Fruncí el ceño. Sonreí irónicamente intentando no reírme de mi desorientación. Tartamudeé sílabas entre cortadas y sin sentido, pero finalmente pensé en mis palabras. ¿No se arrepentía? ¿Qué demonios había querido decir? Le miré intentando encontrar más detallismo, pero fue en vano.
        -Íbamos borrachos.
        -Lo sé, pero quiero decir… No siempre se puede empezar algo del modo más estable.
        -¿Empezar algo? –Exclamé aún más azorada -. ¿Empezar el qué?
        -Tal vez un sentimiento –No había rastro de sonrisas en su rostro. Hablaba sereno, buscando respuestas serias que yo en aquel momento no podía darle. Me estaba tomando el asunto con demasiada ironía -. Quiero decir… podríamos intentarlo, ¿no crees?
        -Harry, hace menos de cuarenta y ocho horas que tú e Izzy… -No terminé la frase. Pude diferenciar unas mejillas sonrojadas en su rostro, y supe que no se lo estaba poniendo fácil -. Quiero decir. ¿No crees que es demasiado pronto para empezar algo “serio”?
        -Puede ser, pero por algo se empieza –Siguió de forma ahínca -. Al fin y al cabo, algo debe de haber entre tú y yo como para que anoche..
        -No lo sé, Harry. No me he parado a pensar que siento por ti –Dije de forma más taciturna -. Osea, se supone que te das cuenta de lo que sientes tú solito, no sé si me explico.
        -Sí, pero tal vez debamos escarbar un poco para averiguarlo –Una sonrisa esporádica en aquel momento se formó en su rostro. Me fijé en sus detalles, y para mi sorpresa un cosquilleo recorrió mis dedos del pie -. Tal vez… no cuesta nada.
        -No lo sé Harry, tengo un punto de vista más severo en las relaciones que tú, al parecer –Un suspiro mohíno se escapó de él -. No me confundas. Soy muy rara para las relaciones. Además, ¡ni siquiera hemos tenido momentos de roce estando sobrios!
        -También podríamos intentar eso –Sugirió con velocidad, arqueando las cejas -. Tal vez eso aclare muchas cosas.
        -¿En qué estás pensando? –Le pregunté mirándole con atención. Aquella conversación se estaba volviendo demasiado extravagante e incómoda.
        Sus musculosos hombros se encogieron. Me miró fijamente aún, con algunos segundos de silencio por en medio, pero finalmente una sonrisa se formó en su gentil rostro. Sus pasos se acercaron lentamente, y ni siquiera mi organismo logró pensar que decirle. A cambio, mi mente le bombardeaba con preguntas mientras, cada vez que se acercaba a mi en silencio y sonriendo, mi estómago parecía estrujarse de los nervios.
        Sus pasos se detuvieron rozando mi zapatilla. De un segundo a otro, tenía enfrente mía su cuello, con su cabeza varios centímetros más arriba. Notaba su respiración sobre mi frente, mientras sus ojos se encontraban más cerca de los míos de lo que jamás me habría imaginado. Mientras, mi barriga parecía haber iniciado un concierto de rock puro incitándome a tener crispaciones inesperadas. Me mordí el labio suavemente, intentando controlar mi sistema nervioso.
        Pero fue en vano. Cuando la sonrisa de este se volvió únicamente un poco más amplia, su mano rozó mi mentón. Sabía que ya había notado el roce de su piel en otra ocasión, pero mi piel se volvió a erizar aquella vez al notarla. Nos quedamos en silencio, oyendo el bullicio proveniente únicamente del salón, y como si no existieran barreras y hubieran libres derechos, sus labios se acercaron muy lentamente hacía los míos.
        Al principio, su suave roce bastó lo suficiente como para ponerme nerviosa. Las piernas me temblaban peligrosamente y no sabía ni como actuar. Esperé a su roce se intensificara, pero para mi incómodo momento, sus labios se separaron en silencio de nuevo. Pensé que algo había salido mal, pero medio segundo después, volví a notar sus suaves y esponjosos labios sobre los míos, pero aquella vez se posaron con más firmeza.
        Para cuando quise darme cuenta, mis ojos ya se habían cerrado y mi brazo había rodeado inconscientemente su espalda. Mi estómago parecía dar un buen concierto, haciendo llegar las vibraciones de mis piernas hasta mi corazón. No sabía a que velocidad transcurría el tiempo, pero todo parecía un simple sueño, hasta que de repente, algo hizo quebrarse el momento.
        -Ups, mierda –Se oyó una voz a lo lejos, pero lo suficientemente clara como para saber que iba dirigida a nosotros.
        Y de nuevo y como si nada hubiera pasado, sus labios se separaron de mí, su piel dejó de rozarme y unos cuantos centímetros más amplios nos separaban. A cambio, mis piernas no dejaron de temblar, y menos aún cuando de repente vi quien era nuestro descubridor.
        Danny Jones estaba mirándonos, boquiabierto.

2 comentarios:

Maria dijo...

Hola! me leí hoy TODA tu novela y me encanta!!! :) porfa sigue subiendo

Ricardo Miñana dijo...

Hola paisana, escribes muy bien guapa,
que pases un bonito fin de año y que el nuevo
te traiga muchas felicidades.
¡Feliz 2013!
un abrazo.

Publicar un comentario