jueves, 11 de abril de 2013

Capítulo 63 - Dos problemas como un gran problema.


                                                                              POV DANNY

                Miré una vez más las teclas del piano como si se encontrasen a metros de distancia, inalcanzables de alguna forma para mí. A cambio, allí estaban, con la partitura delante y los garabatos de que habíamos escrito Kay y yo. Pero una parte de mí parecía negarse en los últimos días a cantar y tocar.
                La profundidad en mi pecho aún persistía. Desde aquel mismo día en la sala de estar de Tom, podía notar que todo mi entorno me ahogaba. El más mínimo tema de la discográfica que antaño había afrontado con parsimonia, en aquellos días resultaban una cuerda apretando mi vientre en presión. Estaba ahogado, insostenible conmigo mismo.
                La casa se mantenía vacía. Había evitado encontrarme con Georgia ante toda costa mientras recogía sus cosas, y únicamente el salón de casa estaba bañado por unos rayos vespertinos que ahogaban sombras mohínas en cada rincón. Un suave tic tac en alguna parte del mobiliario hacía que el suspense del entorno me llegase a irritar.
                El timbre retumbó por toda la casa. Me mantuve callado varios segundos, agudizando los oídos antes de arriesgarme a abrir la puerta. Suspiré. La voz chillona de Dougie parecía hablar a gritos.
                Me levanté y fui hasta la puerta. Dos días atrás, cuando efectué la ruptura de Georgia, Harry había intentado hablar conmigo. Indiferente le había ignorado, y desde entonces sabía que Tom, él y Dougie me había permitido un tiempo de demora  y tranquilidad. Pero no dudaba de que finalmente habían decidido visitarme.
                De modo que con cierta resignación, abrí la puerta.
                -Chicos –Saludé forzando una sonrisa. Los rostros serenos de los tres parecieron asimilar cada detalle de mi cara.
                -Danny, aféitate –Pidió Dougie sonriendo tenuemente. Entró a la casa mientras me cubría de un abrazo inesperado -. ¿Cómo te encuentras?
                -Estoy intentando tocar las canciones del nuevo álbum para tenerla más practicadas antes de que saquemos el nuevo disco.
                -No te preocupes por ello –Dijo con sosiego Tom. Su hoyuelo me saludó con tanta dulzura y cuidado, y de nuevo un abrazo más cálido me embriagó -. Ya tendremos tiempo para ensayarlas.
                -No puedo tocarlas. Estoy bloqueado.
                -E idiota también –Contrarrestó Harry con una sonrisa. Una palmada en la espalda hizo que se me escapara una carcajada retenida -. Sabes lo que te espera hoy, ¿no?
                Rodé los ojos. El iba a ser el menos cuidadoso respecto a lo ocurrido.
                -¿No puedo descansar ni en estos cuatro días antes del tour por Inglaterra? –Pedí siguiendo a Harry hasta el salón. Allí, Tom había hecho desaparecer las sombras con la lámpara.
                -Dos días –Corrigió Tom, dejándose caer en el piano -. Estos días que te has mantenido clausurado en casa, el tiempo ha transcurrido en el exterior –Me sonrió con cuidado. Su ojos ladearon hasta las partitura, y tocó las primeras notas -. ¿Te la sabes?
                -Más que ninguna –Dije secamente. Zarandeé la cabeza suavemente y me dejé caer al lado de Dougie, quien había encendido la televisión y puesto sus pies sobre las mesas. El silencio pareció azotarme en la cara, y como si estuviese obligado a tener el más mínimo detalle de cortesía, lo pregunté -. ¿Cómo está Georgia?
                -¿De verdad quieres saberlo? –Me contestó el bajista de soslayo. Negué con sinceridad -. ¿Cómo estás tú?
                -Confuso.
                Harry se cruzó de hombros delante de mí mientras dejaba escapar una suave carcajada irónica. Sabía que respetaba mi acción y opinión, pero él quería llegar al fondo del asunto aquel día, y a pesar de que me resignara, lo conseguiría.
                Detrás, Tom dejó de tocar para voltearse y observarnos.
                -Tal vez es porque no sepas realmente lo has hecho –Dijo Harry.
                -Puede ser. Pero creo que es lo correcto.
                -¿Y esto que te va a conllevar?
                Bajé la mirada, inconsciente de que contestar. No creía que fuese lo correcto, pero tampoco lo incorrecto. Había actuado interiormente, dejándome llevar por mis impulsos como no había querido hacer hasta ahora.
                -¿Tú te querías casar, Danny? –Preguntó suavemente Tom.
                Levanté la mirada hasta él. Él hubiese sabido contestar aquella pregunta incluso más consciente que yo.
                -Creo que aún es pronto para hacerlo.
                -¿Y por qué le pediste matrimonio hace unos meses, entonces? –Exclamó Harry. Él no me entendía, lo que irritaba la situación y lo exasperaba a él.
                -Porqué creí hacer lo correcto entonces.
                -¿Y ahora porque crees lo contrario?
                Me encogí de hombros, apretando los labios. Estaba demasiado confuso, y ellos no me ayudaban.
                -¿Quieres que te conteste yo? –Susurró Tom con una sonrisa torcida de lado. Le miré dubitativo, temiendo  de sus palabras -. ¿Sabes que te hace dudar, no?
                -¿Aún está con eso? –Exclamó a mi lado Dougie, obligando a situarse a mi vista -. Venga ya, Danny. Tus encaprichamientos por las mujeres no llegan más allá de dos meses, si llega.
                -¿Encaprichamiento? –Pregunté, captando la palabra.
                Doug frunció el ceño. Me había tomado aquella palabra como una ofensa en cierta parte, como si realmente no se tratase de aquello. Era cierto que antes de Georgia había tenido ciertos encaprichamientos, pero nunca me había planteado si aquella vez se trataba de lo mismo con la ex camarera. No me lo había preguntado, porque ya sabía la respuesta: no.
                -Danny… Estás muy ambiguo en este tema –Murmuró Harry inclinándose sobre la silla que se había sentado -. Deberías haberte aclarado antes.
                -Pues no me he aclarado, tío –Suspiré exasperado y dejando caer mi peso en el sofá -. Sigo tan confuso como hace ya meses. Sigo alterándome cuando la veo, sigo comiéndome la cabeza con ella, pero a cambio, lo hago también con Georgia. Tal vez lo único que pasa es que me gusta Kay, al igual que Georgia.
                -Perfecto –Exclamó Dougie estupefacto -. Dan, eso es peor aún. No puedes ni quedarte con las dos, ni con ninguna. Elige al menos. Aún no es tarde para arreglarlo con Georgia.
                -Pero ten en cuenta, tío –Añadió Tom señalándome con determinación -, que si eligieras a Geo, a Kay tendrías que quitarla de tu vida. Y lo mismo pasa al revés; si eliges a Kay, Georgia se irá completamente de tu vida. Nada de escoger ambos platos.
                Enmudecí. Sabía, en el fondo, que esto se trataba de aquello. Pero ambas opciones resultaban dolorosas mirase por donde mirase. Bien era cierto que, a pesar de mis roces con Kay, una parte de mí dudaba si ella sería lo suficiente estable como Georgia. En caso de que no lo fuera, sólo dificultaba la elección.
                -Tíos, si me lo planteáis así, no puedo elegir.
                -Pues no elijas, Dan –Se encogió de hombros Harry, sereno -. Haz lo que te pida el cuerpo. Si quieres ir con una, ve,  y si nos, con otra. Haz lo que creas mejor para ti. No hay vuelta.
                Escondí mi cara en mis manos como si pretendiera salir de toda aquella situación. Una sopa de problemas enmarañada se había formado en cabeza, impidiéndome avanzar. Quería desaparecer de todo aquello por días, despejarme y relajarme, pero éstos me seguían como perros falderos.
                -A ver –Volvió a hablar Tom. Abrí mis dedos en rendijas para observarle a través de ellos -. Para el tour de Inglaterra, quiero que Gio se venga conmigo. Si queréis, para que no se sienta sola, podemos traer a las demás.
                -¿Kay?
                -Y Georgia, si quieres.
                -¿Estás loco? –Exclamó Harry -. ¿Piensas que se querrá venir con todos nosotros, después de la ruptura?
                -No soy tan estúpido, Harry –Dijo con sosiego Tom, carcajeando -. Para promocionar ropa o cualquier rollo de esos. Seguro que si se le plantea la propuesta a su jefe, no lo negará.
                Resoplé, demasiado agobiado. Aquello entremezclama todos mis problemas aumentándolos.
                -¿Y tener a las dos cada día? ¿Tener que verlas y someterme a ellos? Ignoradlo.
                -¿Y cómo lo vas a hacer si no? –Tom suspiró -. Así, tal vez averiguarás con quién te encuentras más cómodo.
                Negué suavemente, pero sin convencerme a mi mismo. Ellos lo veían fácil. Yo lo veía como un mar de la muerte, en que si me metía, iba a terminar ahogándome entre las mareas. Estaba tirándome a una piscina llena de tiburones.
                La melodía de Take me there volvió a inundar el salón. Miré a Tom, concentrado en el piano y tocando la primera estrofa. Sus labios estaban callados, al igual que los míos, pero mi mente recordó sin remedio.
“I don’t ever wanna spend another day without you, without you. I don’t think that I’d be stading here if I never found youm never found you”.
                Suspiré derrotado. La música paró, y una sonrisa torcida me miró desde el rostro de Tom. Sabía manipularme.
                -Está bien –Suspiré sometiéndome -. Que se vengan.

_______________________________________________________________________
Hi hi hi! En fin, aquí tenéis otro capítulo.
He borrado el cuestionario que hbía dejado. No por nada, sino porque cada día me llevaba una decepción más. Las respuestas, en vez de subir, bajaban. De modo que, cambiando un poco, quiero saber que se acoplaría más a los gustos de los lectores; qué tipo de final querríais.
Enserio, os agradecería vuestra opinión. No digo que al final, la respuesta con más votos será la que escogeré, sino que quiero tener una idea clara para decidir yo. Así que por favor, arriba a la derecha, votad vuestra preferencia. Muuuuuuuuuuuuuuuuuuchas gracias!!

0 comentarios:

Publicar un comentario