viernes, 22 de febrero de 2013

Capítulo 49 - Traje negro y corbata verde


                -¿Qué es? –Volvió a preguntar la persistente voz de Dapphy.
                -Nada –Dije intentando mantener el sosiego mientras intentaba ordenar la confusión de mi mente -. No debería de ser nada.
                -¿Es una invitación de boda? ¿De quién? –De nuevo, el ahínco de aquella pregunta me presionó. Logró situarse delante de mí, y obligándome a mirarla, volvieron sus incesantes preguntas -. ¿No será de Danny, no?
                -No es de Danny –Dije rotundamente, abriendo los ojos, impactada -. Es de Tom y Giovanna.
                -Oh –Su mirada se apartó de mí mientras se ausentaba, ensimismada y evocando quién era Tom -.  Oh, entonces es bueno –Frunció el ceño, dudando de sus palabras -. ¿No?
                -Sí, claro. Pero… -Me encogí de hombros, tirándome el cabello hacía atrás, cansada de darle tantas vueltas a lo que debía de conllevar aquello -. Me parece algo cínico mi comportamiento. Me fui de allí y dije que volvería, y aquí estoy. Y aparecer de repente como si nada para la boda de Tom…
                -No es para tanto, Kay –Dapphy rodó los ojos, quitándole importancia -. Seguro que lo entenderán, y más Tom si sabía lo que ocurrió con Danny. Además, eres de España y es normal que hayas decidido quedarte más de lo previsto.
                -Sí, supongo que lo entenderá… -Sonreí forzadamente. Aquel no era el único tema amedrentador de mi mente.
                -¿Qué pasa? –Un brazo de Dapphy cubrió mi hombro -. No me digas que también es por el tema de él.
                -Será extraño –Dije, rindiéndome a seguir callada. Necesitaba aclararme, y ya que Micaela no estaba allí, Dapphy me escucharía encantada. Su carácter era más bien diferente al de la rubia, pero siempre estaba allí cuando la necesitaba -. Me fui de allí de una forma… extraña. La conversación en el parque fue extraña, y ni siquiera sé a dónde quiso llegar. Por eso, verle de repente y hacer como si nada hubiese pasado será una cosa más complicada de lo que  ya creo.
                -¿Y le vas a dar el placer de verte confusa o asustada? –Sus ojos, firmes y seguros me observaban con atención -. No. Por eso debes aparecer allí, tener tu escusa preparada, disfrutar de la boda y hacer como si nada te preocupase u ocurriese. Y ellos también actuarán como si nada pasase.
                No me convencí del todo por sus palabras, pero me limité a sonreír mientras me intentaba dejar convencer. Aquello significaba que debía volver y afrontar todo lo que había dejado atrás.
                -Bueno, espero que todo salga bien…
                -Oh, en cuanto llegues allí te armarás de valor para hacerlo –Dijo mientras sonreía ampliamente, y una sonrisa pícara se formó en su sonrisa.


                                                                              POV DANNY

                Me miré enfrente del espejo empapado de vaho por el frío y la humedad Londinense y solté un suspiro agobiado. Llevaba semanas probándome trajes para la boda, y esperaba que aquel fuera el definitivo. Tom había acabado por optar un color verdoso, su color favorito como corbata.
                Y toda aquella indecisión y persistencia de antaño para acabar con un traje negro de corbata verde.
                -¿Este te gusta? –Le pregunté mientras me obligaba a situarme delante de él, mientras me arreglaba la corbata.
                -Sí. Me gusta el color de este verde, además de que os favorece.
                -¿Entonces este es el definitivo?
                -Necesito la opinión de Giovanna –Hice una mueca exagerada de fatiga, mientras hacía reír a Tom -. Ya sabes cómo son las mujeres con él tema de sus bodas; todo perfecto.
                -Debería de saberlo.
                Rodé los ojos, cayendo en la obviedad mientras Tom volvía a sonreír. Su cabello rubio acabado en punta que caía hasta su frente suavemente adornaba a su hoyuelo.
                -¿Ya tenéis el tema de los invitados aclarados? –Pregunté mientras Harry comenzaba a tener problemas con su corbata. Tom, de un estirón vehemente, acomodó la mía para pasar a la de Harry.
                -Sí. Gio no sabía por cuál tarjeta decantarse, pero al final optó la más romántica, la negra y rosa y ya las hemos enviado.
                -Sí, la mía me llegó el otro día. Geo se puso muy contenta con el tema de la boda –Una sonrisa pícara se escapó de mis labios -. Tanto que no quería dejar de hablar de la boda, toda la noche. Ya me entendéis.
                -Danny, joder –Vociferó Dougie con una de sus risitas y sonrisas que achinaban sus ojos de forma dulce -. Intenta controlar tus comentarios verdes en momentos especiales, como la boda.
                Carcajeé. Giovanna me había pedido un poco de seriedad el día de su boda. Mis comentarios verdes, acompañados muchas veces por la colaboración de Dougie, suponían un compromiso para ella si se me llegase a escapar en mitad de la fiesta. Según ella “dos de los tres mejores amigos del novio deben tener el mejor carácter de los demás invitados”.
                -Eso sí, no sabéis el problema que nos apareció –Tom ignoró el tema de mis comentarios. Él llevaba acostumbrado a ellos años, y por lo tanto, no suponían una impertinencia para él –cuando tratamos de enviarla a los que están fuera de Reino Unido. Nos tocó una mensajera paleta.
                -¿Fuera del país? ¿Tenéis familia fuera? –Preguntó Harry, posando inconscientemente enfrente del espejo. Su figura esbelta y corpulenta lucía con mucho más estilo bajo el traje.
                -Sí, algunos parientes lejanos o amigos. Kay, por ejemplo.
Mi mente apartó cualquier pensamiento adverso y mis ojos se fijaron rápidamente en los de Tom. Él me miró, perspicaz y atento, analizando cada uno de mis movimientos. Intenté pasar impasible mientras él proseguía.
                -¿Vendrá?  -Preguntó Doug con el ceño fruncido.
                En los últimos meses ella había sido apenas nuestro tema de conversación. No había vuelto a dar señales de vida, cosa que me alegraba y entristecía ávidamente. No verla suponía más seriedad en mi relación en Georgia y menos lujuria. Pero a cambio, aquellos acontecimientos resultaban favorables, pero tan mohínos como solo ella podía provocarlos.
                Por otra parte, Harry y Dougie se habían informado un poco más sobre el tema. Ambos sabían que entre Kay y yo podía haber habido algo, pero sin duda no sospechaban que fuese nada más. El Danny de siempre había sido así de temporal con las mujeres, pero no entendían que aquella vez yo había sentado la cabeza.
                -¿Siendo Kay? Seguro que sí –Los ojos café volvieron a analizarme, pero finalmente se apartaron indiferentes -. Lo extraño es que no haya aparecido en los últimos meses.
                -Yo tampoco aparecería después de lo sucedido –Acotó Dougie, sin la misma importancia al tema que estaba acarreando para mí.
                Miré a Tom, queriendo ansiar saber algo más del tema, lo que fuera, pero su atención estaba centrada en el traje y cualquier imperfección de Harry, al igual que este que se mantenía riguroso como un maniquí. Dougie, por otra parte, parecía no saber lo que yo debía de sentir. Todos aquellos sentimientos ambiguos.

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